Ese es mi vicio...
Me gusta provocar.Adoro este suplicio.¿Qué quieres que haga?
¿Buscarme un protector?¿O un amo tal vez?
¿Y como hiedra oscura que sube la pared,medrando sibilina, y con adulación?
¿Cambiar de camisa para obtener posición?
¡No gracias!
¿Dedicar si diera el caso,versos a los banqueros?
¿Convertirme en payaso?
¿Adular con vileza los cuernos de un cabestro,
por temor a que me lance algún gesto siniestro?
¡No gracias!
¿Desayunar cada día un sapo?
¿Tener el vientre panzón,un papo que me llegue a las rodillas,
con dolencias pestilentes de tanto hacer reverencias?
¡No gracias!
¿Adular el talento de los canelos?
¿Vivir atemorizado por infames libelos?¿ Y Repetir sin tregua:"...
¡Señores soy un loro,quiero ver escrito mi nombre en letras de oro!..."?
¡No gracias!
¿Sentir terror a los anatemas?¿Preferir las calumnias a los poemas?
¿Coleccionar medallas?¿Urdir falacias?
¡No gracias!¡¡No gracias!!¡¡¡No gracias!!!
Pero cantar, soñar, reír, vivir, estar sólo...
Ser libre,tener el ojo avizor,la voz que vibre.
Ponerme por sombrero el universo, por un si o por un no.
Batirme por un beso,despreciar con valor la gloria y la fortuna,
viajar con la imaginación a la luna.
Solo al que vale reconocer los méritos,
No pagar jamás por favores pretéritos.
Renunciar para siempre a cadenas y protocolo.
Posiblemente no volar muy alto...pero sólo.
....
Extraído de Cyrano de Bergerac
Ese es mi vicio...
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- Doctorado
- Mensajes: 1537
- Registrado: 08 Feb 2004 00:00
Ese es mi vicio...
<B>Bon profit.</B>
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- Traviesa
- Mensajes: 1472
- Registrado: 20 Ene 2004 00:00
M'emocionao leyendo ese fragmento de Cyrano... es una de mis obras favoritas quizás porque mi padre (hombre de gran apéndice nasal) recitaba de memoria algunos de sus versos, yo os dejo este trozo del que me encanta su sutileza e ironía:
DE GUICHE.
¿Y nadie va a responderle como se merece?
VALVERT.
¿Nadie?... ¡Esperad un momento y veréis!... (Se dirige hacia Cyrano, que le observa, y se planta ante él con pedantería.) Tenéis... tenéis... una nariz... ¡una nariz muy grande!
CYRANO. (Gravemente.)
¡Mucho!
VALVERT. (Riendo.)
¡Ja, Ja!
CYRANO. (Imperturbable.)
¿Eso es todo?
VALVERT.
Yo...
CYRANO.
Sois poco inteligente, jovenzuelo. Pueden decirse muchas más cosas sobre mi nariz variando el tono. Por ejemplo,
agresivo: «Si tuviese una nariz semejante, caballero, me la cortaría al momento»
amigable: « ¿Cómo bebéis; metiendo la nariz en la taza o con la ayuda de un embudo?
descriptivo: « ¡Es una roca... un pico... un cabo...! ¿Qué digo un cabo?... ¡es toda una península!»
curioso: «¿De qué os sirve esa nariz?, ¿de escritorio o guardáis en ella las tijeras?»
gracioso: «¿Tanto amáis a los pájaros que os preocupáis de ponerles esa alcándara para que se posen?
truculento: «Cuando fumáis y el humo del tabaco sale por esa chimenea... ¿no gritan los vecinos; ¡fuego!, ¡fuego!?»
prevenido: «Tened mucho cuidado, porque ese peso os hará dar de narices contra el suelo»
tierno: «Por favor, colocaros una sombrilla para que el sol no la marchite»
pedante: «Sólo un animal, al que Aristóteles llama hipocampelefantocamelos, tuvo debajo de la frente tanta carne y tanto hueso»
galante: «¿Qué hay, amigo? Ese garfio... ¿está de moda? Debe ser muy cómodo para colgar el sombrero»;
enfático: «¡Oh, magistral nariz!, ¡ningún viento logrará resfriarle!»
dramático: « ¡Es el mar Rojo cuando sangra!»
admirativo: « ¡Qué maravilla para un perfumista!»
lírico: «Vuestra nariz... ¿es una concha? ¿Sois vos un tritón?»
sencillo: «¿Cuándo se puede visitar ese monumento?»
respetuoso: Permitidme, caballero, que os felicite; ¡eso es lo que se llama tener una personalidad!»
campestre: ¿Que es eso una nariz?... ¿Cree usted que soy tan tonto?... ¡Es un nabo gigante o un melón pequeño!»
militar: «Apuntad con ese cañón a la caballería!»
práctico: «Si os admitiesen en la lotería, sería el premio gordo»
Y para terminar, parodiando los lamentos de Píramo: « ¡Infeliz nariz, que destrozas la armonía del rostro de tu dueño!»
Todo esto, poco más, es lo que hubierais dicho si tuvieseis ingenio o algunas letras. Pero de aquél no tenéis ni un átomo y de letras únicamente las cinco que forman la palabra «tonto». Además, si poseyeseis la imaginación necesaria para dedicarme, ante estas nobles galerías, todos esos piropos, no hubieseis articulado ni la cuarta parte de uno solo, porque, como yo sé piropearme mejor que nadie, no os lo hubiese permitido.
DE GUICHE.
¿Y nadie va a responderle como se merece?
VALVERT.
¿Nadie?... ¡Esperad un momento y veréis!... (Se dirige hacia Cyrano, que le observa, y se planta ante él con pedantería.) Tenéis... tenéis... una nariz... ¡una nariz muy grande!
CYRANO. (Gravemente.)
¡Mucho!
VALVERT. (Riendo.)
¡Ja, Ja!
CYRANO. (Imperturbable.)
¿Eso es todo?
VALVERT.
Yo...
CYRANO.
Sois poco inteligente, jovenzuelo. Pueden decirse muchas más cosas sobre mi nariz variando el tono. Por ejemplo,
agresivo: «Si tuviese una nariz semejante, caballero, me la cortaría al momento»
amigable: « ¿Cómo bebéis; metiendo la nariz en la taza o con la ayuda de un embudo?
descriptivo: « ¡Es una roca... un pico... un cabo...! ¿Qué digo un cabo?... ¡es toda una península!»
curioso: «¿De qué os sirve esa nariz?, ¿de escritorio o guardáis en ella las tijeras?»
gracioso: «¿Tanto amáis a los pájaros que os preocupáis de ponerles esa alcándara para que se posen?
truculento: «Cuando fumáis y el humo del tabaco sale por esa chimenea... ¿no gritan los vecinos; ¡fuego!, ¡fuego!?»
prevenido: «Tened mucho cuidado, porque ese peso os hará dar de narices contra el suelo»
tierno: «Por favor, colocaros una sombrilla para que el sol no la marchite»
pedante: «Sólo un animal, al que Aristóteles llama hipocampelefantocamelos, tuvo debajo de la frente tanta carne y tanto hueso»
galante: «¿Qué hay, amigo? Ese garfio... ¿está de moda? Debe ser muy cómodo para colgar el sombrero»;
enfático: «¡Oh, magistral nariz!, ¡ningún viento logrará resfriarle!»
dramático: « ¡Es el mar Rojo cuando sangra!»
admirativo: « ¡Qué maravilla para un perfumista!»
lírico: «Vuestra nariz... ¿es una concha? ¿Sois vos un tritón?»
sencillo: «¿Cuándo se puede visitar ese monumento?»
respetuoso: Permitidme, caballero, que os felicite; ¡eso es lo que se llama tener una personalidad!»
campestre: ¿Que es eso una nariz?... ¿Cree usted que soy tan tonto?... ¡Es un nabo gigante o un melón pequeño!»
militar: «Apuntad con ese cañón a la caballería!»
práctico: «Si os admitiesen en la lotería, sería el premio gordo»
Y para terminar, parodiando los lamentos de Píramo: « ¡Infeliz nariz, que destrozas la armonía del rostro de tu dueño!»
Todo esto, poco más, es lo que hubierais dicho si tuvieseis ingenio o algunas letras. Pero de aquél no tenéis ni un átomo y de letras únicamente las cinco que forman la palabra «tonto». Además, si poseyeseis la imaginación necesaria para dedicarme, ante estas nobles galerías, todos esos piropos, no hubieseis articulado ni la cuarta parte de uno solo, porque, como yo sé piropearme mejor que nadie, no os lo hubiese permitido.