
Una pena.
Es que éste es uno de los mejores autores de la narrativa francesa actual.Vipor escribió:Un librito que me recuerda a "Seda", de Alessandro Baricco, aunque en otro registro:
Sólo son 128 páginas, pero contienen un prodigio de sensibilidad, sentimientos y ternura. Es una historia sobre el exilio y la soledad, y acerca de la lucha por preservar la identidad. El protagonista, aunque no se aclara en el libro, puede ser un vietnamita arrojado a EE.UU. durante la invasión y guerra, o quizá a Francia, que también la lió buena en Vietnam, dado que el autor es francés.
El final, equívoco, extraño, deja al lector desolado y esperanzado, todo a un tiempo.
Tentado estoy de hacerle caso y trasegarme estas almas grises, lo tengo en espera. Pero, como pase como con "La visita del arzobispo", el bodrio del rumano-húngaro aquel al que Vd. calificó de "imprescindible", y es literal, le voy a echar la jauría de pitt bull y doberman que tengo para estos casos, y si dejan alguna piltrafilla suya encima la voy a patear. Después sonreiré seráficamente, eso siempre.Pedritus escribió: Es que éste es uno de los mejores autores de la narrativa francesa actual.
De él, no me cansaré de recomendar "Las almas grises", que me parece un auténtico prodigio de libro
Me jugaría algo, si no me arriesgara a que me hiciera trampas, a que después de leerlo va a tenerles que dar muchas explicaciones a los chuchos de por qué no les deja saciar sus instintos asesinos.Vipor escribió:Tentado estoy de hacerle caso y trasegarme estas almas grises, lo tengo en espera. Pero, como pase como con "La visita del arzobispo", el bodrio del rumano-húngaro aquel al que Vd. calificó de "imprescindible", y es literal, le voy a echar la jauría de pitt bull y doberman que tengo para estos casos, y si dejan alguna piltrafilla suya encima la voy a patear. Después sonreiré seráficamente, eso siempre.Pedritus escribió: Es que éste es uno de los mejores autores de la narrativa francesa actual.
De él, no me cansaré de recomendar "Las almas grises", que me parece un auténtico prodigio de libro
JajajaGloria escribió:Y vosotros, no hacéis otra cosa que leer todo el día? Es que si no, cómo coño lo hacéis?
A mí con la lectura me pasa como a aquél con los cigarrillos.Gloria escribió:Y vosotros, no hacéis otra cosa que leer todo el día? Es que si no, cómo coño lo hacéis?
Permítame felicitarla por su espléndida reseña, aguamarina. Me ha despertado las ganas de leerlo.aguamarina escribió:Acabo de terminar el libro La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero, y me ha parecido una pequeña maravilla.
Hace tres años que Rosa Montero perdió a su compañero Pablo, con el que había compartido más de veinte años de su vida, y en este libro a caballo entre la novela y el ensayo, de la mano de la vida de Marie Curie, que también se quedó viuda después de once años de matrimonio, la autora reflexiona en torno al duelo.
Es un libro hermoso, cercano, emotivo. De entrada, el punto de vista de la narración convierte al lector en cómplice del autor, una autora que te tutea, que hay momentos que incluso tiene uno la sensación de que debería acercarse más a ella para compartir sus pensamientos. Rosa Montero repasa la extraordinaria vida de madame Curie, su lucha por la igualdad en un mundo de hombres, su fortaleza, sus valores, no solo científicos, sino también sociales. Y deslizándose entre sus propias reflexiones y las palabras del diario de Marie Curie después de la muerte de Pierre, la autora rememora su experiencia sobre la pérdida y el duelo, usando las palabras como atenuante en momentos de profunda pena y de un dolor aterrador.
A pesar de la dureza de la temática, ha sido un placer leerla. La sensibilidad y la humildad con las que se ha acercado al tema son admirables. Todos los que hemos sufrido la pérdida de un ser querido "antes de tiempo", sabemos que no nos recuperaremos nunca de esta experiencia, que siempre habrá algo que nos lo recuerde y de nuevo sentiremos la punzada de la tristeza y del dolor. Pero nos reinventamos, y este reinventarnos cada día, con todo lo que hemos aprendido, nos permite seguir disfrutando de una vida que, aunque sabemos que no es eterna, no tiene precio.