
Igual que tampoco entiendo lo del "matrimonio homosexual". Bueno, yo es que ni siquiera entiendo lo del "matrimonio" a secas, porque vamos, emparejarte de por vida con otra persona mediante un contrato en el que se estipula que vas a compartirlo todo (especialmente tu dinero y tus bienes)con ella y vas a abstenerte de mantenr relaciones sexuales, afectivas y, según y como, hasta sociales con otras personas del mismo o distinto sexo. Y, a partir de ese momento, todas tus energías se concentran, no en disfrutar de tu vida de pareja, sino en conseguir que tu matrimonio "funcione". Cuando empiezas a intentar que tu matrimonio funcione, mejor pide el divorcio, porque significa que la has cagado.
Viendo así las cosas, es lógico que no comprenda el ansia de los homosexuales por matrimoniar. Entiendo que quieran los beneficios de la vida en pareja, mayormente la pensión de viudedad, la sociedad de gananciales, los quince días de permiso por matrimonio y alguna otra cosilla (lo de ser dado de alta en la Seguridad Social como beneficiario de la pareja ya hace por lo menos 20 años que se aprobó). Pero es que el matrimonio, para cualquiera con dos dedos de frente, es exclusivamente una unión entre mujer y hombre. Que sí, que les den lo mismo que a las parejas heterosexuales casadas, pero que lo llamen de otra manera, por ejemplo, consorcio, palabra que viene del latín consortĭum, en su segunda acepción significa "Unión o compañía de quienes viven juntos, principalmente los cónyuges". Fijaos bien que dice "principalmente", no exclusivamente. Y de "consortium" viene también "consorte". Y si los futuros consortes quieren someter a sus familiares y amigos a la terrible prueba de ese acto tan cutre como el bodorrio, pues que lo hagan pero que no lo llamen boda ni matrimonio.
O la "Navidad laica". ¿Es que alguien recuerda el significado de la palabra "Navidad": significa "natividad", es decir, nacimiento y es la conmemoración de un mito cristiano, el nacimiento del hijo de su dios. Vale que Jesús de Nazareth no nació en el año 1 ni en diciembre (parece ser que nació entre el 4 y el 7 a.C. y en primavera, porque en diciembre los pastores no suelen dormir al raso) y vale que la Iglesia, al romanizarse, hizo coincidir esa conmemoración con las saturnales romanas que celebraban el solsticio de invierno, más que nada para "cristianizar" las fiestas y, sobre todo, aprovechar el "tirón" de las fiestas paganas. Pero la Navidad, o es cristiana o no es Navidad. ¿Que quieren fiestas, árboles, cancioncillas sentimentaloides, atracones de langostinos congelados, lucecitas tartamudas? Vale: que hagan la fiesta del solsticio de invierno como se ha hecho desde siempre, pero qu eno la llamen Navidad.
Y así podríamos seguir con "primeras comuniones laicas", "semana santa laica", "funerales laicos"... Estamos tan imbuidos de la tradición cristiana para denominar todos los acontecimientos cruciales de nuestra vida (nacimiento, adolescencia, matrimonio, muerte) y otros que, en su momento, tuvieron otras interpretaciones mágicas o paganas (cambio de estaciones, cosechas,e tc.), que hasta cuando queremos prescindir de la religión seguimos recurriendo a ella para darles nombre. Aunque luego los apostrofemos "laicos", lo que no deja de ser un contradios.