Efectos terapeuticos de la Marihuana
El cannabis ha sido utilizado profusamente desde la antigüedad en continentes como Asia y Africa para combatir diversos males, si bien su valor comercial y terapéutico no fue reconocido y utilizado en los Estados Unidos hasta principios del siglo XX. Tras su prohibición en 1937, actualmente se debate la legalización debido a sus posibles usos medicinales.
Los usos medicinales de la marihuana
Los datos que apoyan el uso terapéutico del cannabis son anecdóticos. Aunque los especialistas insisten en la necesidad de estudios controlados, será poco probable que en el futuro esas investigaciones acaben llevándose a cabo.
Glaucoma
La marihuana reduce la presión intraocular, aliviando el dolor y frenando el proceso degenerativo. El galucoma supone una razón muy importante de ceguera.
Cáncer
El cannabis alivia las náuseas, vómitos y pérdida de apetito provocados por el tratamiento con quimioterapia a los enfermos de cáncer.
Sida
La marihuana ayuda a superar las náuseas, vómitos y pérdida de apetito provocados por esta enfermedad y su tratamiento con AZT y otras sustancias.
Dolor crónico
El cannabis ayuda a reducir dolores y molestias causadas por múltiples patologías.
Epilepsia
La marihuana previene ataques epilépticos en algunos pacientes.
Esclerosis múltiple
La marihuana reduce el dolor muscular y los espamos producidos por esta enfermedad. Asimismo reduce las molestias al andar propias de estos casos.
Los efectos de la "marihuana humana"
La anandamida es una sustancia que produce el cuerpo humano y que tiene propiedades similares al principio activo de la marihuana. Esa sustancia, que en sánscrito significa “portador de paz y felicidad interna”, contiene el THC, según explicó la investigadora superior del Conicet y titular del Instituto de Investigaciones Farmacológicas, Edda Adler.
“Digamos que estos endocanabinoides son como la marihuana, pero fabricada en nuestro cuerpo, y que ayudan a la regulación cardiovascular, además de aplacar el sistema nervioso cuando hay un aumento de la actividad nerviosa”, dijo la científica.
“Hace pocos años se descubrió que el organismo tiene sitios receptores específicos, los receptores canabinoides, a los cuales se une la marihuana cuando se fuma, y también se empezó a conocer que el organismo era capaz de fabricar una sustancia llamada anandamida, que se une a esos mismos recibidores”, precisó.
De estructura grasa, es fabricada por el cuerpo a partir de lípidos de la membrana celular respondiendo a la demanda de, por ejemplo, la actividad nerviosa, por sus efectos calmantes y tranquilizantes similares a los del canabis. Una de las propiedades más importantes de los endocanabinoides es regular la presión arterial cuando hay un aumento, ya que la anandamida tiene un mayor efecto relajante y compensa las fallas de los otros mecanismos de regulación.
“Eso es uno de los efectos buenos."
Respecto a si es posible manipular ese sistema, la especialista aseguró que hay una droga en el mercado que es un bloqueante de receptores canabinoides y que se utiliza para tratar de reducir el apetito. “Para mí, bloquear un sistema que está relacionado con las vías de placer del cuerpo es medio peligroso; de hecho uno de los efectos colaterales es la depresión. De alguna manera la acción de los canabinoides está ligada con la activación del sistema de recompensa endógeno que se hace por vías placenteras, como por ejemplo el sexo, entonces, bloquear ese camino, aunque saque las ganas de comer, puede provocar efectos conductuales”, señaló.
Adler sostuvo que existe un vínculo estrecho entre la marihuana externa y la interna, pero reconoció la dificultad que existe para probar esa ecuación por “la gran cantidad de restricciones que existen” en la importación de THC. “A nosotros nos serviría mucho para experimentar y determinar tanto los efectos positivos como negativos, porque el empleo terapéutico de la marihuana es tan válido para ser estudiado y utilizado como el que se hace de la morfina”, aclaró.
En cuanto a la producción de endocanabinoides, hace poco tiempo se descubrió que aumenta con la realización de ejercicios, mientras que en el caso específico de la anandamida no sólo se fabrica en el cerebro sino que está presente en un producto de consumo masivo tan común como el chocolate. Un dato curioso que se desprendió de la investigación fue la cuestión ligada al sexo en sentido macho-hembra, donde de acuerdo a la experimentación que se realizó con ratas de laboratorio, se verificó que la relajación alcanzada por las hembras era mucho mayor que la de los machos.
“Pero en las hembras castradas – añadió Adler- el efecto de la anandamida se equiparó con el de los machos, y cuando se les suministró estrógenos recuperaron esa capacidad relajante, entonces verificamos que las mujeres somos mucho más sensibles al efecto de la marihuana y más adictas al chocolate”.