Cada obra tiene detrás una historia interesante:
El Beso: Fotografía de Robert Doisneau

En 1993, esta obra fue llevada a juicio. Una pareja afirmaba haberse reconocido en la imagen y reclamaban dinero. Hasta ese momento, Doisneau hizo creer que aquella era una instantánea improvisada, pero cuando empezaron a aparecer mujeres y hombres asegurando ser los amantes de la obra y planteando demandas de derecho de imagen, aquella mentira no pudo mantenerse, y Francoise Bornet, la real protagonista de la foto junto a su novio de entonces Jacques Carteaud, decidió descubrir el secreto y vendió la copia de su foto que le regaló Doisneau, a un coleccionista suizo que pagó por ella 155.000 euros. Doisneau se fijó en la pareja mientras tonteaban en un café y les propuso posar para él, como reconoció más tarde.