Que nadie espere de mí que le regale flores cortadas, porque cortar una flor es un acto incauto, es como cortar la belleza. Yo prefiero llevarte a ver los deslumbrantes balcones que hay por la ciudad, con maceteros y tiestos rebosantes de flores. Porque la flor es el alma de la naturaleza y en ella se revela la belleza recóndita del mundo vegetal.
Me gusta pasear por la ciudad contemplando esa belleza cuidada que cada mujer riega con esmero en su balconada. También me gusta salir al campo y disfrutar de la belleza silvestre que inunda mis ojos con amapolas, margaritas, buganvillas, romeros, y otros,… ¿Quién es digno de cortar una flor?... No hay oficio como el del jardinero, que prepara con esmero un parterre de floridos colores. Mayo viene desbordante y yo quiero que Uds. me regalen flores, ¡Ojo! No flores cortadas, por favor… llévenme a ver la flor en su hábitat.
El Poder de una margarita

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nueva edición del post para sustituir la foto de la flor que se resistía a aparecer