El Mundo, Miercoles 18/01/06
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- Danse pour moi.
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El Mundo, Miercoles 18/01/06
Una italiana encierra a su hija en un baño durante 30 años.
La víctima, discapacitada, de 52 años, malvivía en un cubículo sin luz y sólo salía a la calle a cobrar la pensión
ROMA_ Es una historia espeluznante, una historia para no dormir.
Una madre italiana ha tenido durante 30 años encerrada con llave en un cuarto de baño a su hija porque ésta es discapacitada mental y se avergonzaba de ella. El mundo que conoce Giuseppina, como se llama la víctima, se reduce a seis metros cuadrados. Esas son las dimensiones del cuarto de baño en el que esta mujer de 52 años ha estado enclaustrada durante las última tres décadas. Allí comía, en un cuenco de plástico en el que su madre le echaba las sobras. Allí dormía, sobre un camastro nauseabundo. Allí permanecía todo el dia a oscuras, porque el cuarto de baño no tenía instalación eléctrica. Giuseppina sólo salia de aquella sucia ratonera cuando, muy de tarde en tarde. Su madre decidia lavarla con una manguera, para lo cual la sacaba al balcón de la casa, situada a las afueras de la localidad de Pescara. Vivía en unas condiciones que ni siquiera las bestias se merecen, hasta el perro de la familia vivía mejor que ella, dado que comía en su cuenco en la cocina. Giuseppina vino al mundo con una lesión cerebral. Algo considerado como un oprobio por un madre. Annina, que en la actualidad tiene 73 años. Avergonzada de la discapacidad de la niña, la madre decidió entregarla a una institución nada más nacer. Y lo mismo hizo con otra hija que trajo al mundo dos años después. La hermana de Giuseppina tenia sólo nueve años cuando fue devuelta a su madre, quien en seguida comenzó a hacerla víctima de su violencia: la golpeaba, la encerraba en el cuarto de baño como castigo, la dejaba a la intemperie del balcón pasando frio como escarmiento.... El infierno duró hasta que la chica cumplió 18 años y escapó de casa. Giuseppina, sin embargo, no tuvo esa suerte. Al abandonar el centro en el que la había metido su madre fue confiada a una tía, con la que permaneció hasta la muerte de ésta. Pero al fallecer la tía, la pusieron en manos de su madre, quien enseguida la encerró en el cuarto de baño, obligándola a comer y a dormir allí. Y todo parece indicar también que la pegaba brutalmente: los agentes han encontrado un bastón con el que creen que su progenitora la golpeaba. Cuando Giuseppina tenia 42 años, su madre decidió inscribirla en el registro civil y solicitar para ella una pensión de invalidez. Desde ese momento, Giuseppina salía de su prisión una vez al mes, acompañada siempre de su madre acudian a cobrar la pensión, muchas personas sabían lo que estaba ocurriendo, pero ninguna ha querido hablar. Y así, con el paso del los años, Giuseppina ha ido poco a poco adaptándose a sus terribles condiciones de vida. Hoy habla poco, camina con dificultad y apenas ve por las cataratas.
Orden de alejamiento.
La pesadilla de Giuseppina terminó hace solo unos dias, cuando la policia de Pescara fue alertada por unos parientes misericordiosos del estado en que vivía la mujer y una escuadra de agentes de las fuerzas de seguridad abrieron la cerradura del cuarto de baño en el que permanecia encerrada. Giuseppina ahora se está recuperando en un hospital y posteriormente será ingresada en un centro especializado. La justicia ha prohibido a su madre que se acerque a ella y ha dictado también una orden por la cual debe mantenerse alejada de la casa en la que durante 30 años ha tenido encerrada a su hija. Y, por supuesto, ha ordenado que se abra una investigación.
La víctima, discapacitada, de 52 años, malvivía en un cubículo sin luz y sólo salía a la calle a cobrar la pensión
ROMA_ Es una historia espeluznante, una historia para no dormir.
Una madre italiana ha tenido durante 30 años encerrada con llave en un cuarto de baño a su hija porque ésta es discapacitada mental y se avergonzaba de ella. El mundo que conoce Giuseppina, como se llama la víctima, se reduce a seis metros cuadrados. Esas son las dimensiones del cuarto de baño en el que esta mujer de 52 años ha estado enclaustrada durante las última tres décadas. Allí comía, en un cuenco de plástico en el que su madre le echaba las sobras. Allí dormía, sobre un camastro nauseabundo. Allí permanecía todo el dia a oscuras, porque el cuarto de baño no tenía instalación eléctrica. Giuseppina sólo salia de aquella sucia ratonera cuando, muy de tarde en tarde. Su madre decidia lavarla con una manguera, para lo cual la sacaba al balcón de la casa, situada a las afueras de la localidad de Pescara. Vivía en unas condiciones que ni siquiera las bestias se merecen, hasta el perro de la familia vivía mejor que ella, dado que comía en su cuenco en la cocina. Giuseppina vino al mundo con una lesión cerebral. Algo considerado como un oprobio por un madre. Annina, que en la actualidad tiene 73 años. Avergonzada de la discapacidad de la niña, la madre decidió entregarla a una institución nada más nacer. Y lo mismo hizo con otra hija que trajo al mundo dos años después. La hermana de Giuseppina tenia sólo nueve años cuando fue devuelta a su madre, quien en seguida comenzó a hacerla víctima de su violencia: la golpeaba, la encerraba en el cuarto de baño como castigo, la dejaba a la intemperie del balcón pasando frio como escarmiento.... El infierno duró hasta que la chica cumplió 18 años y escapó de casa. Giuseppina, sin embargo, no tuvo esa suerte. Al abandonar el centro en el que la había metido su madre fue confiada a una tía, con la que permaneció hasta la muerte de ésta. Pero al fallecer la tía, la pusieron en manos de su madre, quien enseguida la encerró en el cuarto de baño, obligándola a comer y a dormir allí. Y todo parece indicar también que la pegaba brutalmente: los agentes han encontrado un bastón con el que creen que su progenitora la golpeaba. Cuando Giuseppina tenia 42 años, su madre decidió inscribirla en el registro civil y solicitar para ella una pensión de invalidez. Desde ese momento, Giuseppina salía de su prisión una vez al mes, acompañada siempre de su madre acudian a cobrar la pensión, muchas personas sabían lo que estaba ocurriendo, pero ninguna ha querido hablar. Y así, con el paso del los años, Giuseppina ha ido poco a poco adaptándose a sus terribles condiciones de vida. Hoy habla poco, camina con dificultad y apenas ve por las cataratas.
Orden de alejamiento.
La pesadilla de Giuseppina terminó hace solo unos dias, cuando la policia de Pescara fue alertada por unos parientes misericordiosos del estado en que vivía la mujer y una escuadra de agentes de las fuerzas de seguridad abrieron la cerradura del cuarto de baño en el que permanecia encerrada. Giuseppina ahora se está recuperando en un hospital y posteriormente será ingresada en un centro especializado. La justicia ha prohibido a su madre que se acerque a ella y ha dictado también una orden por la cual debe mantenerse alejada de la casa en la que durante 30 años ha tenido encerrada a su hija. Y, por supuesto, ha ordenado que se abra una investigación.
- Sol
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Que fuerte! yo a la madre la engrilletaba a una taza de bater para toda su vida, como los antiguos prisioneros que andaban con la bola en el tobillo pues la madre con una taza del bater y que tubiera que cargar con ella cada vez que tenga que salir a la calle o ir al super iijiji
mae mia esa mujer esta mal pero mal del tarro ojala la hija se recupere y pueda disfrutar de todos los años que le hizo perder la P... de su madre.
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No sabemos cuantos casos habrán como ese pero si hay padres que se avergüenzan de tener un hijo “diferente” y no los sacan de casa.
Vivimos en una sociedad donde no todo el mundo esta sensibilizado y donde aun los que presumimos de tener un hijo "diferente" vemos como se les rechaza pero seguimos al pie del cañón tratando de pedir sus derechos.
En el caso que cuentas Sussi, la madre esta peor que la hija y no digo “discapacitada” pq la palabra no me gusta, soy yo quien seria en este caso la discapacitada, carezco de inocencia, de la ternura de ellos, de una sonrisa como tienen, de tantas cosas...
No sigo que me emociono.
Muchos besos
Vivimos en una sociedad donde no todo el mundo esta sensibilizado y donde aun los que presumimos de tener un hijo "diferente" vemos como se les rechaza pero seguimos al pie del cañón tratando de pedir sus derechos.
En el caso que cuentas Sussi, la madre esta peor que la hija y no digo “discapacitada” pq la palabra no me gusta, soy yo quien seria en este caso la discapacitada, carezco de inocencia, de la ternura de ellos, de una sonrisa como tienen, de tantas cosas...
No sigo que me emociono.
Muchos besos
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- Bachiller
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A quienes tenemos la experiencia de vivir cerca de estas personitas tan especiales, se nos rompe el corazón al leer que algo así pueda suceder...no puedo entender cómo una madre es capaz de hacer algo así...Vamos, que no se la puede llamar madre!
Besos
Dalva
Besos
Dalva
Todos tenemos un secreto encerrado bajo llave en el atico del alma.