A mis soledades voy, de mis soledades vengo, decía don Lope, y forma parte del conjunto del poema eso menos conocido, por venir en medio, de:
De cuantas cosas me cansan,
fácilmente me defiendo;
pero no puedo guardarme
de los peligros de un necio,
que casualmente viene siendo lo que me sucede a mí.
Soy cada vez más asocial y morugo, me gusta el silencio y la quietud de las hojas, ahora recién brotadas, de esos castaños que se me enfrentan tras la ventana. Vivo en un parque, a falta de granja en África, que es lo que yo hubiera querido, como la señora Blixen, que es un lugar tranquilo, vegetal y vegetativo, donde familias vienen a merendar o a tomar el vermú en los bares que lo circundan, pero sin dar demasiado la brasa. Creo que, incluso, hay algo en esa necesidad de paz, recogimiento y sosiego de nostalgia de cementerio, no me cabe otra explicación. Estoy a falta de polvo. De ser polvo, quiero decir.
Desde hace unos años, con el buen tiempo, coincidiendo con que los castaños, de frutos amargos, se visten de verde e inflorescencia, vuelven, como inoportunas golondrinas, los mismos plastas: los evangelistas. Se ponen ahí, aprovechando la acústica del semicírculo, con micrófonos, guitarras, a cantar la misma murga de siempre, gloria Dios y esas cosas, qué bueno que es Dios y menos mal que hay Dios, que si no fuera por Dios qué mal rollo, y toda esa matraca, siempre las mismas canciones, que son como para introducir algún pensamiento a martillazos a gente sin inteligencia, el primer brochazo en el lienzo en blanco de un cerebro inmaculado, que nunca ha, realmente, pensado o reflexionado.
Alguna vez, alguna señora, porque suelen ser señoras, se pone a perorar sobre lo bien que le va desde que descubrió a Dios, que incluso la ropa de la colada le queda más blanca y las toallas más esponjosas. Es un discurso como de alucinado, tiene algo como de alemán de entreguerras, de tambor de hojalata. Y luego, después de la confesión, vuelta a darle a la guitarra y vuelta a tocar los cojones con Dios.
Volverán las oscuras golondrinas, pero aquellas que aprendieron nuestros nombres no volverán, y tal, y yo me cago en la puta madre que parió a los golondrinas, en los evangelistas, sus guitarras y su Dios que lava más blanco.
Los evangelistas y la madre que los parió
- Pedritus
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Los evangelistas y la madre que los parió
Como el toro me crezco en el castigo.
- Don Vito
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Re: Los evangelistas y la madre que los parió
¿eran evangelistas o testigos de Jeová?, por que estos últimos cuando les salen la vena predicadora si que son verdaderos plastas.
- Pedritus
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Re: Los evangelistas y la madre que los parió
Creo que los testigos de Jehová son más dados a dar la brasa puerta a puerta, mientras que los evangelistas son proclives a estos espectáculos en plan Rolling Stones pero sin rolling.
Como el toro me crezco en el castigo.
- lo tio pep
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Re: Los evangelistas y la madre que los parió
Esto, sin duda es un castigo divino por su descreimiento, o peor, por la manía que tiene de pensar por su cuenta. ¡Librepensador,que es usted un librepensador!
Sobre esto recuerdo un grupo, evangelista, una de cuyas canciones decía "qué refrescante es despertar con Jesúspor las mañanas".
Sobre esto recuerdo un grupo, evangelista, una de cuyas canciones decía "qué refrescante es despertar con Jesúspor las mañanas".
- Don Vito
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Re: Los evangelistas y la madre que los parió
Pedritus escribió:Creo que los testigos de Jehová son más dados a dar la brasa puerta a puerta, mientras que los evangelistas son proclives a estos espectáculos en plan Rolling Stones pero sin rolling.
Estoy seguro que, si el que diera los espectáculos a la puerta de su patio fuera el desaparecido Peret (que lo fué), la cosa ya cambiaba. Por lo menos el sabía cantar.
- Pedritus
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Re: Los evangelistas y la madre que los parió
lo tio pep escribió: "qué refrescante es despertar con Jesús por las mañanas".

Como el toro me crezco en el castigo.
- astroluz
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Re: Los evangelistas y la madre que los parió
lo tio pep escribió:Esto, sin duda es un castigo divino por su descreimiento, o peor, por la manía que tiene de pensar por su cuenta. ¡Librepensador,que es usted un librepensador!
Sobre esto recuerdo un grupo, evangelista, una de cuyas canciones decía "qué refrescante es despertar con Jesúspor las mañanas".
Refrescante como los limones salvajes del Caribe?
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