Tus lágrimas.
Eso es evidente.
Oh, ¡ Cuánto me has echado de menos ! Largas horas...
Pero si ya, lo he dicho todo, ¡ Vida mía !
He llegado a coronar el Aconcagua.
Así es la vida: A lo hecho, pecho.

Y a lo dicho, techo. Límites.
Saberlo todo...
Al menos, resumirlo.
Ése es el quid de la cuestión. Todo se basa en los Recuerdos.
Si éstos están bien expuestos y si son nítidos. Visión nítida. Ojos de águila.
No valen los recuerdos que están hechos un lío.
Porque si te sabes algo de memoria, será para ti, como el Padre Nuestro.
Y a lo dicho, techo. Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre...